“A veces me encuentro con semanas en las que voy navegando en automático por el contexto que me afecta y tratando de dar lo mejor de mí a este mundo”
Si me preguntaran cuáles son los problemas a los que nos enfrentamos las y los Emprendedores Sociales y Agentes de Impacto Socioambiental todos los días de nuestras vidas, podría escribir un libro entero relatando estas narrativas de mentes y corazones al servicio de un propósito incrustado en nuestro ADN.
Y este libro tendría, como principal foco, el que las y los directivos, tienen que saber qué hacer y siempre estar en las mejores condiciones físicas y mentales para no fallar el propósito y a su equipo y que este, siempre tiene que brindar los resultados esperados, vencer el burnout y encontrarse en las mismas condiciones físicas y mentales. Y que, por arte de magia, esta dualidad, que a veces no se trabaja de la manera correcta, generar el mayor impacto.
Pero para compartir un poco de esta temática que he trabajado en diferentes intervenciones empresariales, tengo que iniciar con mis propios sentimientos y abrir las puertas de lo que soy, las altas y las bajas que voy encontrando en mi camino. Esto, solo tiene la intención de hacerles saber que lo que se dice es verdad: ”Emprender no es para cualquiera” y que no existe trabajo más agotador y lindo por el cual seguir caminando y que, en mi caso en particular, mi mente es la que juega el rol definitivo para generar el mayor impacto.
Abrirme a la vulnerabilidad de que mis relaciones interpersonales siempre afectan a mi trabajo, pero por otra parte, no he podido y no quiero separar mi vida laboral y personal, porque eso es lo que ha hecho posible los grandes proyectos, las grandes alegrías y tristezas de mi vida y la magía de vivir mi profesión en cada minuto de mi día.
Abrirme a que trabajo todos los días en mi productividad laboral y esta depende mucho de mis relaciones interpersonales en todos los núcleos. Y abrirme al marco en el que sé que debo hacer y el miedo me impide avanzar.
Abrirme a que las personas que se acercan a mí, en el contexto laboral, tienen un progreso significativo, gracias a la visión de nuestros modelos de negocio, hilados al Desarrollo Humano y Habilidades Blandas y que es difícil ver el avance que tienen sin reconocerme el valor que otorgo.
Abrirme a que la gestión de estas Habilidades y el Cuidado del ser, me han permitido sonreír en los contextos más difíciles que pocas personas conocen y que hemos podido cosechar el trabajo que puede definir nuestro futuro como Empresa Social.
Abrirme a que no soy el primero y el último que pasa por momentos difíciles en su carrera y vida personal, que no somos especiales, que el mundo no conspira en nuestra contra y que solo nos queda gestionar la incerdidumbre, reconocer nuestra vulnerabilidad y seguir caminando con un contexto que soporte este rol que elegimos vivir.
Es por eso, que les invito a reconocer y abrirse a la vulnerabilidad, de que como seres humanos, tenemos demasiados errores, que nuestra productividad no puede ir separada de nuestro sentimientos, que los resultados son influenciados por nuestros propios miedos y que siempre nos ponemos obstáculos para crecer, pero sobre todo, que no sabemos todo y que nos seguiremos cayendo en este camino.
Y de lo ya mencionado…. Eso es lo que hace la verdadera transformación en nuestro mundo. Ese cúmulo de “imperfecciones” que somos, es la magia de la creatividad, la fuerza de la resiliencia, el arte de la empatía y el corazón para seguir navegando en la incertidumbre y cambiar el mundo.
