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Mi empresa está en Wall Street. Ahora, ¿qué sigue?

La carrera de las startups latinoamericanas por convertirse en el próximo unicornio está más viva que nunca. Cada vez son más las empresas de la región que se acercan a una valuación de mil millones de dólares para entrar a tan selecto grupo. De acuerdo a cifras de Colcapital, al 31 de diciembre de 2021 se contabilizaron 47 unicornios latinoamericanos.

El ecosistema startup sigue creciendo y la previsión es que, tan solo en México, al menos otras 30 empresas alcancen esta valuación en los próximos años. Para conseguir este objetivo, los esfuerzos de las empresas se enfocan en competir en sus industrias y también en mercados bursátiles para adquirir inversión desde capitales públicos.

“La valuación se ha vuelto un fin en sí mismo para muchos emprendedores que quieren avanzar en la carrera de unicornios. Obtener capital de riesgo o salir a bolsa son condiciones necesarias para que una empresa sea exitosa hoy en día; sin embargo, esto no puede venir a expensas de la operación diaria de la compañía ni mucho menos sacrificando la planeación estratégica en el largo plazo”, explica  Guillermo Cruz, Managing Partner de Maquia Capital, grupo financiero especializado en activos alternativos y fondos de inversión que busca la bursatilización de empresas mexicanas y latinoamericanas.

Para una startup, enlistarse en la bolsa significa diversos beneficios y oportunidades como el fortalecimiento de su estructura financiera, tener una mayor proyección internacional, aumentar su valor y acceder a financiamiento constante.

En busca de buenos resultados en la bolsa

Más de 60% de las compañías que salen a bolsa muestran un bajo rendimiento en el mercado bursátil, de acuerdo a un estudio sobre el desempeño de empresas tras su oferta pública inicial (OPI) encabezado por el economista en jefe de la bolsa de valores Nasdaq.

Esos malos resultados en la OPI de una startup se pueden explicar por tres factores principales: falta de cultura de transparencia y rendición de cuentas, falta de estructura de procesos y control y ausencia de liderazgos.

“Por un lado, las startups son empresas que prestan poca atención al registro y reporte de sus finanzas. Muchas de estas compañías no cuentan con una cultura sólida de transparencia y rendición de cuentas. Esto es un problema grave en mercados bursátiles, ya que los inversionistas buscan que su dinero quede en buenas manos. Otro factor que afecta es no tener un andamiaje sólido de procesos y control y que no haya una idea clara del proceso de consolidación a seguir. Finalmente, si no hay un liderazgo innovador y eficiente que dé confianza a los mercados, no se puede tener un buen desempeño”, comenta Jerónimo Peralta, Managing Partner de Maquia Capital.

Para una startup en desarrollo, salir a bolsa no es el final de su camino de crecimiento. Por el contrario, sólo se trata de un paso más en la consolidación de la empresa en el largo plazo. Por ello, el crecimiento debe estar proyectado, delineado y bien planeado para que, una vez que llegue a mercados bursátiles, siga ofreciendo algo novedoso para inversionistas y capitales públicos por igual.

Mejores prácticas, mayores certezas

En este sentido, este tipo de empresas deben de hacer esfuerzos para fortalecer sus estructuras, analizar los procesos y, en conjunto con asesores legales, consultores y auditores, corregir el rumbo e implementar mejores prácticas que den certidumbre a los inversionistas sobre la operación del negocio.

Es recomendable que las empresas implementen prácticas de gobierno corporativo para fortalecer su estructura, mejorar la rendición de cuentas y la transparencia del negocio. Esto puede generar mayor confianza y certeza entre los inversionistas e impactar positivamente en el desempeño en bolsa.

Asimismo, conseguir certificaciones que den cuenta de la excelencia del negocio a nivel operativo y organizacional abona a que la imagen de la empresa sea más atractiva para los inversores.

“Si una startup no ha dedicado el tiempo suficiente para evaluar y analizar el contexto en el que sale a bolsa, y que ejecute adecuadamente su operación diaria con miras a un crecimiento sostenible en el largo plazo, sus resultados no serán los esperados. La mejor forma para salir a mercados públicos es con una administración prístina y una planeación estratégica sólida”, concluye Cruz.

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