¿Preguntando se llega a Roma, o a Madrid?
Siempre he creído que todas las personas estamos escribiendo nuestro propio libro y los capítulos inician y terminan conforme transcurre el tiempo. Son autobiografías que tienen una pizca de todos los géneros, momentos de suspenso, miedo, acción, ficción, historias de superación y si sabes aprovecharlo, muchos aprendizajes.
Mi libro se encuentra en una etapa de aventura y aprendizaje. El primer mes de esta aventura en España ha quedado atrás, escrito en las páginas de mi libro de manera sorprendentemente rápida.
Ha sido un primer mes que me ha ayudado a entender mejor lo que las personas dentro de las organizaciones necesitan para tener mayor control con menos esfuerzo y definitivamente menos estrés. ¿A todos nos viene bien una ayuda de vez en cuando, no?
Ha sido un mes de adaptación pero sobre todo charlas con personas antes desconocidas. Personas que me han abierto las puertas a escuchar sus historias y sus aprendizajes, sus prioridades y necesidades, sus “en donde están parados”y en dónde quisieran estarlo.
Tuve la oportunidad de conversar con gente de diversos sectores, desde el sector energía, hasta telecomunicaciones y pude ver patrones que se repetían. Esto me sirvió para desarrollar una primera hipótesis sobre cómo mi equipo y yo podemos aportar a las empresas.
“Las personas tenemos hábitos para bien o para mal”
A pesar de que las necesidades del mercado cambian constantemente, al igual que la tecnología. Para muchas personas la forma de trabajar no cambia porque es el único modo que conocen y no las juzgo.
Nadie nace sabiendo cómo trabajar con metodologías ágiles por ejemplo, o sabiendo utilizar la gran gama de herramientas de gestión que tenemos a nuestro alcance como apoyo y no como obligación. Pude notar y entender la frustración de mis nuevos contactos hacia lo cambiantes que pueden llegar a ser todas las industrias en general. Esto, sobre todo hoy en día, genera una necesidad de reinventarse rápidamente para poder seguir en el juego y no es algo fácil de lograr. Es un proceso complejo para el cual no existe una fórmula mágica. Lo único que podemos hacer es tener apertura al cambio y acercarnos a personas/equipos internos o externos que nos puedan compartir su expertise y forma de hacer más fácil ese cambio.
“Las empresas y sus procesos se adaptan a sistemas existentes y no al revés”
Las nuevas tecnologías definitivamente han llegado para sumar, y cada vez son más las soluciones entre las cuales elegir. Buscamos como empresas la solución que mejor se adapte a nuestras necesidades, a nuestro negocio. Ahí está la clave, esas herramientas ya existen y nosotros como negocio somos quienes nos debemos adaptar a ellas y no al revés.
No es necesario explicar que todas las empresas son diferentes al igual que sus personas, procesos y sus requerimientos. ¿Por qué nos seguimos adaptando a sistemas generalistas?
Creo que eso es algo lógico, tener sistemas personalizados para todas las empresas sería algo imposible. Las herramientas genéricas intentan atacar problemas o necesidades compartidas de la mejor forma posible y no está mal. El problema es que las empresas se detienen en ese punto e intentan moldear sus procesos para lograr utilizar el sistema existente, aunque mucha información valiosa se pierda o se cargue en los módulos incorrectos a la fuerza.
Me encantaría poder compartir con ustedes algunos de los esfuerzos más valientes pero desastrosos que hemos llegado a presenciar dentro de las organizaciones, en esa insistencia por utilizar un sistema en el que ya se invirtió y no hay marcha atrás.
Los resultados suelen ser re-procesos, brechas entre operarios con los objetivos de los negocios, falta de información e ineficiencia. Básicamente el seguimiento y trazabilidad se vuelven algo tan complejo como encontrar una aguja en un pajar. Y conforme pasa el tiempo, la bola de nieve crece y se vuelve algo prácticamente imposible de detener.
Hay maneras de complementar los sistemas existentes para tener una solución completa o simplemente buscar otras alternativas. Nunca es demasiado tarde, ni necesariamente caro para cambiar.
“La transformación digital, no es solamente digital”
Esto es algo que me remontó a una conversación de Mike mi socio con Romina Guevara, premiada a nivel global dentro de las Top 100 Women in Fintech.
Para que una adopción tecnológica funcione correctamente, lo más importante que debemos saber es que la tecnología no nos dará esa transformación por sí sola. Necesitamos transformar nuestra cultura, procesos y manera de trabajar y gestionar para que el cambio realmente suceda. Hay que involucrar a las personas y entender sus necesidades.
El hecho de confirmar estos 3 puntos, me ayudó a confirmar que nuestra metodología en Multiplica Lite es válida:
Hay que entender los procesos (por más lógico que esto suene, es algo difícil de encontrar), de manera amigable. Hay que entender a las personas detrás de éstos, su día a día, barreras y dolores de cabeza. Y por último, hay que establecer objetivos e indicadores claros, que nos permitan saber si estamos logrando mejoras como organización. El cambio siempre es difícil y más cuando no tienes un objetivo claro.
Si logramos seguir estos pasos, la tecnología jugará a nuestro favor y será, más que un reto, un aliado.