La historia de Synergy BioTech y la necesidad de contar con más empresas con bases científicas en el mercado
Al terminar una ingeniería hacia finales de los años noventa, Zeus Sosa Mejía decidió continuar con sus estudios de posgrado en Inglaterra y Holanda. Ahí se especializó en Microbiología de Alimentos y obtuvo experiencia práctica en los laboratorios de instituciones académicas a las que perteneció, realizando análisis de alimentos para medianas y grandes empresas. Estos proyectos de colaboración entre academia y empresas impulsados por la Unión Europea surgieron ante la necesidad de un apoyo técnico para desarrollar alimentos innovadores, inocuos y de alta calidad para su consumo.
Zeus comenta en una plática con TechLa que existe cierta resistencia en los laboratorios a llevar este tipo de trabajo, pues a los científicos académicos le interesa hacer investigación y publicar. Ir a las plantas de alimentos y hacer evaluaciones para privados les quita tiempo en su desarrollo dentro de este ámbito.
Sin embargo, al científico mexicano sí le atrajo este servicio. «Para mi lo interesante es usar toda esta investigación en laboratorio para el beneficio de algo o alguien» comentó. Fue así que comienza haciendo evaluaciones para la detección de patógenos en una línea de alimentos ready-to-eat la cual se empaqueta cruda y se cuece dentro del microondas.
Después de tres años y medio de labor en esta área y una vez concluido su posdoctorado, Zeus regresa a México y aprovecha los estímulos para la creación de nuevas empresas, iniciando así su aventura con Synergy BioTech en la incubadora del TEC de Monterrey. En este lugar logra acceder a un capital semilla que le permite iniciar el laboratorio para continuar con su misión de evaluar alimentos.
El reto de hacerlo rentable
Fue ese momento en el que se enfrentó a otra realidad: «Una cosa es el trabajo en laboratorio y otra hacerlo negocio, los skills son totalmente diferentes». Sin embargo, Zeus tuvo lo que él llama «la suerte de principiante» y gracias a la alta concentración de empresas productoras de alimentos y de restaurantes en la Zona Metropolitana del Valle de México, logró despegar su negocio.
No todo fue cuesta abajo y el proceso tomó más tiempo que el de una empresa tecnológica o un negocio tradicional. «Synergy comienza en 2010, en 2013 adquiero el capital semilla, en 2014 monto el laboratorio y en 2015 obtengo la acreditación» recuerda Sosa Mejía.
La acreditación a la que se refiere es la ISO17025, la cual es una norma orientada a la evaluación de la conformidad en laboratorios. Contiene los requisitos generales para la competencia de los laboratorios de ensayo y de calibración.
A partir de la obtención de la ISO, se abren varias puertas e introduce nuevas líneas de negocio, como la determinación de vida en anaquel, un servicio que se vendió muy bien.
Un nuevo reto
Con la llegada de la pandemia por COVID-19 en 2020, el 90% de los clientes de Synergy BioTech deben parar la demanda de servicios. Esto representó un gran reto para Zeus, quien después de meditar y cuestionar la viabilidad del negocio, decide regresar a sus orígenes:
«Durante el inicio de Synergy BioTech comenzamos a dar capacitaciones técnicas dentro del programa de incubadora del TEC de Monterrey, algo que nos dio mucha credibilidad.»
Esta buena reputación le permitió a Zeus comenzar a dar cursos en línea, con lo cual logró salir a flote durante la crisis sanitaria.
La vertical de negocio representa una opción de diversificación para Synergy BioTech en donde buscan crear un servicio OnDemand de cursos enfocados en temas de calidad, pues en la industria no hay suficiente información disponible.
Una vez que la industria y las actividades comerciales comenzaron a reabrir, los negocios de alimentos adquieren una sensibilización en la parte biológica. «Se dieron cuenta de que el riesgo es real y hay consecuencias. Esto nos permitió reactivar nuestros servicios.»
Además del laboratorio microbiológico y los cursos en línea, el Synergy BioTech decide incursionar en otra vertical de negocio: el laboratorio sensorial. Este servicio se dedica a investigar atributos como apariencia, olor, sabor, textura y sonido con el fin de apoyar a la industria de alimentos elevando la calidad y competitividad de sus productos, y de su aceptación por parte del consumidor. Sin embargo, no existe un laboratorio sensorial acreditado que utilice las normas ISO en el país.
«El objetivo para esta línea de negocio es diseñar y ejecutar proyectos con metodologías que tengan repetibilidad y reproducibilidad, para que el resultado que obtengas sea el mismo sin importar el laboratorio al que lo mandes.»
Volver a empezar
Esta etapa representa un nuevo inicio para Synergy BioTech en donde Zeus aprovechará la experiencia previa para evaluar al mercado y nuevas líneas de negocio. «Financieramente están más estabilizados. Los clientes se han mantenido fieles y han aumentado los servicios solicitados.»
Aunque Zeus ha sabido sortear los diferentes obstáculos que han aparecido en el camino, subraya la importancia de que se necesitan más empresas con bases científicas. Y estando consciente del atractivo que representan empresas en otros sectores «más rentables», está convencido de que la mezcla entre ciencia y tecnología pueden ser de gran utilidad para los usuarios, elevando su nivel y calidad de vida.