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Lo que las empresas pueden aprender de las Fundaciones sobre filosofía institucional

Algunos consejos para establecer tu filosofía organizacional

Simon Sinek, autor y consultor de liderazgo y negocios es reconocido mundialmente por una teoría que él llama “The Golden Circle”, con la cual debutó en una de las TED Talks más vistas de la historia y que se detalla más en el libro “Start With Why”.

La idea central es simple. La gente no compra lo que haces, sino el por qué lo haces. Si tienes un porqué, encontrarás el cómo y el qué. Todo lo que hacemos parte del centro hacia la periferia. No hay nada más cierto. ¡Qué distinto sería el mundo si todos viviéramos y trabajáramos con intencionalidad!

En los últimos años, muchos teóricos y maestros de management han insistido en la filosofía institucional como estrella guía en las empresas y organizaciones. Y la idea ha permeado a todos niveles. Nadie que haya cursado una carrera universitaria (cualquiera que sea) se ha salvado de hacer un trabajo donde le piden “crear una empresa desde cero, con misión, visión y valores”.

Es una constante visitar las oficinas de cualquier empresa o startup donde se plasman los valores institucionales. En las más antiguas es un póster enmarcado y en las más revolucionarias son murales o stickers muy llamativos. Pero lamentablemente los valores también son una constante. Es común leer “rentabilidad”, “innovación”, “calidad”, “enfoque en el cliente”. Sin importar la empresa que sea. Todas caen en estos lugares comunes, dejando pasar la oportunidad de que la filosofía institucional sirva como un sandbox para todas las decisiones y estrategias de la empresa.

Lo que es un hecho, es que las empresas que tienen una filosofía clara y específica y la comunican a todos sus stakeholders pueden alcanzar sus metas y objetivos más fácilmente que las que no la tienen, ya que no dejan lugar a interpretaciones subjetivas u ocurrencias de último minuto.

En este tema, tengo noticias para el sector empresarial: ¡Las organizaciones sociales les llevan la delantera y por mucho! Las empresas podrían aprender mucho de las fundaciones en el tema de la filosofía organizacional. La razón es simple: Para una organización, su misión lo es todo. Todo su actuar, todos sus recursos, toda su atención se enfoca completamente en cumplir su misión. Mientras tanto en una empresa, el enfoque en la competencia, las metas de ventas o el valor de la acción pueden distraer a la organización de su verdadero objetivo.

Es por eso que a continuación comparto algunos consejos que pueden servirle a una empresa u organización que quiere poner su propósito al centro de su actividad.

No son tan importantes las palabras que escribas, sino el proceso para llegar a ellas

Alguna vez, Juan Murguía, uno de los empresarios más importantes de México con los que he tenido la oportunidad de trabajar, me dijo esto: Al redactar una filosofía institucional, lo importante no es lo que dice, sino cómo se elabora. Es decir, puede ser que el fundador o el director de comunicación de una empresa tengan la capacidad de redactar un documento más bonito y perfecto. Sin embargo, si los principales involucrados en el proyecto no tienen voz a la hora de elaborar estos documentos, nada asegura que los lleven a cabo.

Por eso, si estás en momento de crear o actualizar tu filosofía organizacional, lo recomendable es que convoques a todos aquellos que la pueden poner en práctica. Consejeros, directores, empleados estrella y más. Dedica un tiempo razonable para que todos expongan el entendimiento que tienen de la esencia de la organización y que puedan rescatar lo esencial para plasmarlo en el documento oficial.

Es normal que en el camino se susciten discusiones o desacuerdos, será una oportunidad para alinear las prioridades y creencias de todos, poco a poco. Esto repercutirá en que las personas claves de la organización entiendan mejor la dirección del barco y cómo sus acciones impactan en las metas institucionales y la cultura.

Inyéctale una dosis de inspiración a tu filosofía

A veces es tentador hacer una filosofía sumamente específica. Todos queremos aplicar la estructura SMART, con la cual nuestros objetivos se volverán realistas y alcanzables. Y claro que hay lugar para eso. Pero esta es el arma que tienes para hacer entender a todos los integrantes de la organización que el proyecto conjunto es algo mucho más grande que ellos mismos. La misión y el propósito deben tener un moonshot, donde inyectes a todos con la pasión por lograr grandes cosas.

Evita lugares comunes y haz tangible lo que escribes

El que le imprimas un tono inspirador a tu filosofía no quiere decir que se quede en las nubes, sin ningún efecto práctico sobre tu trabajo. Hay lugar para todo. Mientras que el propósito y la misión tienen el objetivo de inspirar y alinear a todos detrás de un objetivo grande y motivador, los valores o principios te pueden ayudar a aclarar la conducta y el comportamiento que esperas de cualquier persona que trabaje en la organización.

Para esto, una táctica útil es que los valores no se redacten solamente como definiciones, sino que cada uno esté acompañado de una lista de conductas prácticas que dejen claro cómo se vive ese valor en el día a día.

Por ejemplo, en Fundación Vuela, uno de nuestros principios es “Integridad en nuestro actuar”, y en lugar de arriesgarnos a que cada quien interprete estas palabras según sus gustos y preferencias, acompañamos el valor con una lista de acciones concretas, elaborados por varias personas de la organización. La integridad se traduce en:

  • Seremos transparentes en el manejo de los recursos e informaremos puntualmente sobre su uso a nuestros grupos de interés.
  • Nos aseguraremos que los recursos que obtenemos son de procedencia lícita.
  • Trabajaremos siempre con un sentido de austeridad y maximizaremos los recursos para cada uno de los proyectos que tengamos.
  • Nunca nos beneficiaremos de recursos otorgados a la Fundación para uso o provecho personal.
  • Protegeremos la información confidencial, tanto de la Fundación en general, como de donadores, niños, familias y voluntarios en particular.

Más que solamente la misión

La filosofía institucional debe ser mucho más que solamente la misión y la visión. Es por esto que vale la pena explorar otras herramientas que pueden ayudar. ¿Por qué no incluir en los documentos esenciales una carta del fundador, donde narre los orígenes y la intención de la empresa, los motivadores que lo llevaron a crearla y a crecer? Puede ser la historia oficial, esquemas que ayuden a transmitir lo que la empresa busca. O puedes redactar un manifiesto de lo que las personas de la organización creen. En Fundación Vuela hicimos este ejercicio y creamos un manifiesto que nos ayuda a recordar por qué creamos la Fundación y cuáles son nuestras convicciones centrales. Lo que contiene no es la misión de la Fundación, pero sí son esas creencias compartidas que nos hacen ser lo que somos. Échale un ojo:

Manifiesto de Fundación Vuela, conoce más en https://vuela.org

Johnson & Johnson demostró, después de una crisis con su medicamento más exitoso, Tylenol, que el tener un credo donde plasman sus convicciones los puede ayudar a tomar decisiones en los momentos más difíciles y hasta salvar su negocio.

No dejes que se convierta en letra muerta

Si dedicas el suficiente tiempo e inteligencia a crear la filosofía, provocarás un efecto multiplicador en que todas las personas de la organización lo tendrán en cuenta y serán conscientes en sus acciones y estrategias.

Para asegurar que verdaderamente sea una guía, el documento de filosofía debería estar conectado a procesos clave de la organización. Durante el proceso de reclutamiento, deberías hacer preguntas a los candidatos relacionadas con ella. De igual manera, el esquema de feedback y bonos debería estar conectado con la misión. El código de ética y las políticas de la empresa deben utilizar el mismo lenguaje y términos de la filosofía. Y finalmente, ésta deberá ser recordada y meditada al inicio de juntas clave, retiros de planeación estratégica y convenciones generales.

De esta forma, asegurarás que la filosofía sea el eje rector de la empresa u organización. De inmediato se notarán los beneficios en los colaboradores y la cultura organizacional. No te vas a arrepentir.

Diego Parada

Cofundador y CEO de Fundación Vuela. Experto en comunicación, publicidad, branding, impacto social y desarrollo sustentable.

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