Compañías como Uber, Rappi, Jüsto, Tik Tok, Didi, Spotify, Amazon, Facebook entre muchas otras, no se hicieron de grandes millonarios que un día decidieron crear un imperio, siendo desde la cuna unos magnates. Son startups que nacieron de una idea y que hoy se han consolidado como algunas de las compañías más valiosas de todo el mundo. La era de las startups continúa madurando y afianzándose; sin embargo, este crecimiento del ecosistema de startups que han venido a transformar radicalmente la manera en que funciona el mundo, que ha tocado a todas las industrias, modificado los sistemas económicos y sociales gracias a innovaciones principalmente tecnológicas creadas por emprendedores, no podría ser comprendido sin los fondos de venture capital.
Los VC’s son vehículos de inversión que financian mediante su capital a compañías generalmente en sus primeras etapas a cambio de acciones en la startup. Evidentemente mientras más crezca la compañía, las acciones de estos inversionistas adquieren mayor valor y por tanto se generan retornos importantes hasta lograr el exit. Estos fondos han ofrecido a lo largo de estos últimos años una alternativa de inversión para las pequeñas o medianas compañías, básicamente startups que no pueden acceder a otro tipo de capital, pero son altamente rentables y cuentan con grandes posibilidades de expansión.
De acuerdo con Crunchbase, el capital de riesgo se ha convertido en una fuente adicional de fondeo. Más de 1.5 trillones de dólares se invirtieron en este tipo de transacciones a nivel mundial entre 2010 y 2019.
LAVCA (Association for Private Capital Investment in Latin America) ha señalado que desde 2016 las inversiones de los Venture Capital se habían duplicado año tras año hasta alcanzar un record de 4.6 mil millones de dólares a finales de 2019, a pesar de registrar una disminución en los últimos meses debido a los impactos de la pandemia. Ya para el 2020, la inversión de capital riesgo fue constante durante el primer semestre, ya que el ecosistema continúa madurando con US $ 1.200 millones invertidos en 170 transacciones.
Además, la AMEXCAP (Asociación Mexicana de Capital Privado) aseguró que la industria ha registrado levantamientos por al menos 304.4 millones de dólares en el primer semestre de 2021 y se han invertido al menos 3.5 billones en 153 transacciones que han impactado positivamente a una economía mexicana en recuperación.
El capital que han puesto los fondos de inversión en startups ha sido mucho y mucho de el está en espera de grandes retornos, nada es gratis. Sin embargo, el crecimiento, impacto y trascendencia de estas compañías en las sociedades no sería nada sin estos fondos. Los VC’s tienen un sentido, es un instrumento de desarrollo económico, un fondo de inversión que aporta capital, hace crecer a una compañía que genera ingresos, empleos, desarrolla innovación, tecnología, patentes…
Los VC’s generan impacto en la economía mexicana, de acuerdo con el reporte VC Overview 2020, de AMEXCAP, las pymes apoyadas por estos fondos tendrán una tasa de supervivencia del 78%, superando los cinco años de vida después de su fundación, comparado con el 35% que tienen las empresas a nivel nacional. Y aunque el ecosistema crece de a poco, todavía queda mucho que madurar tanto de la parte de los fondos como del ecosistema emprendedor: Hace falta un ecosistema de emprendimiento mas amplio; hace falta el brazo del apoyo gubernamental para que se cumpla el propósito de la triple hélice (gobierno, academia e industria privada) para detonar la innovación, falta de profesionalización de la industria o en su caso, portafolios sin visión global, en donde las tesis o estrategias de inversión son muy regionales y con pocos fondos tratando de encontrar oportunidades en otros países. Hace falta entender la naturaleza de las startups y cambiar el mindset de los inversionistas no profesionalizados para que apuesten en inversiones de riesgo y su propósito trascienda fronteras e impacte sociedades globales.
