Hace poco escuchaba el podcast de Maldita Pobreza, donde las anfitrionas hablaban sobre lo bien que hacen los departamentos de marketing para crearnos la necesidad de adquirir algún producto o servicio en el que no habíamos pensado. ¿Cómo lo hacen? ¿La mente creativa? ¿Cómo sabían que yo necesitaba este (inserta aquí lo que gustes)? ¡Son unos genios!
Dan Ariely nos cuenta en “Predictably Irrational” (Las trampas del deseo, en español) qué mecanismos se activan en nuestra mente cuando tenemos que tomar una decisión de cualquier índole, especialmente cuando hay alguna emoción involucrada. Expone a lo largo del libro una gran cantidad de ejemplos ejecutados por él, sus equipos o los alumnos de sus clases para entender que tomamos decisiones irracionales en todo momento del día, uno de los puntos de partida de lo que ahora llamamos la Economía del Comportamiento (Behavioral Economics, en inglés). La manera de escribir de Ariely es muy amena, porque explica los conceptos que requieres para entender el experimento, describe su ejecución y los resultados que encontraron en ellos. Si bien Dan Ariely no ha ganado un Premio Nobel, sí se trata de una de las autoridades en Economía del Comportamiento, especialmente en sus aplicaciones al marketing.
Una lectura recomendada para entender tus hábitos de compra y los de tus clientes.
Ejemplo de aprendizaje
Las relaciones personales no deben transaccionarse; es decir, pagar por algo que está hecho de forma personal puede llegar a ser ofensivo en muchas culturas, a pesar de que realmente quieras mostrar gratitud hacia la persona que ejecutó la acción por la que quieres recompensar. El ejemplo personal que Dan nos comparte sobre esto, fue cuando su suegra se molestó con él por ofrecerle dinero en agradecimiento por la excelente cena de Acción de Gracias que ella había hecho.
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