Hemos escuchado muchas veces que una imagen dice más que mil palabras, y en cierto sentido es cierto, pues una fotografía, un color, una composición visual puede darnos a entender muchas ideas, que a veces son difíciles de expresar con la palabra escrita, a pesar de la riqueza que aporta a la comunicación. Sin embargo, una gran diferencia que existe entre imágenes y escritura es que el lenguaje plasmado en letras tiene una estructura bien determinada y reglada, ya sea con la gramática, la sintaxis o la ortografía, por lo que construir un mensaje con letra escrita es, a veces, más sencillo que con imágenes.
Esto no significa que los lenguajes visuales no tengan estructura, o que no se les pueda leer a través de un vocabulario como hacemos con un libro, una novela o un artículo periodístico. La imagen visual es tan compleja, y tan rica, que abre posibilidades para que pueda ser leída desde muchas posturas, lo cual ayuda a enriquecer este tipo de comunicación. Pero ¿qué pasa cuando tenemos un mensaje muy específico que mandar a nuestros clientes, y queremos evitar malas interpretaciones? Es entonces cuando vale la pena entender cómo se lee una imagen, a partir del contexto de nuestros consumidores.
Según la retórica clásica, estudiada y difundida en la Antigua Grecia, por pensadores tan importantes como el mismo Aristóteles, los discursos se dividen en exordio, narratio, argumentatio y epílogo, algo así como la estructura que hoy conocemos de un texto: introducción, desarrollo y conclusión. Estas partes que componen el discurso ayudan a que el mensaje sea entendido, fuerte y claro, por quienes leen o escuchan lo que el orador quiere decir, sin dejar campo a ambigüedades. ¿Podemos aplicar este mismo modelo a las imágenes?
Sin duda podemos y debemos hacerlo, pero no quedándonos simplemente con una división en tres (o más) partes en nuestro mensaje, es necesario también conocer cómo lee las imágenes nuestra audiencia. Para esto vale la pena entender la cultura visual de nuestro público, claramente delimitado, para saber la manera en que el público se acerca, primero, a las imágenes visuales, y las interpreta, después. Para ello, se requieren estudios metodológicos de cultura visual, de mercadotecnia, de planteamientos de objetivos de comunicación, diseño y estructuración de mensajes. Después de todo, la gran mayoría de la gente sabe hablar y escribir, pero muy pocos saben comunicarse efectivamente.
En DigiSign somos expertos en lenguajes escritos y visuales, y con este conocimiento, somos capaces de ayudarte a alcanzar a tu público a través de un mensaje claro, conciso y sin ambigüedades. Si estás buscando quién te ayude a implementar una efectiva estrategia de comunicación, sin duda somos el aliado que estás buscando. Ponte en contacto con nosotros, los expertos en comunicación.
