Préstamos personales vs. empresariales, ¿cuál es mejor para tu negocio?
Según datos de la Radiografía del Emprendimiento en México 2021, de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), la falta de liquidez (35%) y los problemas para conseguir financiamiento (25%), son dos de las principales causas por las que las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) fracasan en el país. Paralelamente, el 90% de los emprendedores mexicanos sostienen su empresa con recursos propios durante los primeros 3 años de operación.
“Éste es un problema mayúsculo que con frecuencia se hace a un lado. Se combinan los obstáculos para poder acceder a créditos e instrumentos de financiamiento con un mal entendimiento de la adquisición y uso de los mismos. Los resultados se vuelven catastróficos: negocios que combinan las finanzas familiares con las de la empresa y generan problemas de liquidez difíciles de saldar”, apunta Bernardo Prum, Managing Director de Creze, plataforma que ofrece préstamos en línea para pequeñas y medianas empresas en México.
Con frecuencia estas malas decisiones financieras parten de una falta de información de los emprendedores que suelen optar por solicitar préstamos personales para impulsar sus negocios. Por ello, vale la pena apuntar algunas diferencias entre préstamos personales y empresariales, para entender cuál es mejor para un emprendimiento.
Préstamos personales
Un crédito o préstamo personal es un producto financiero. Con él, se le otorga una cantidad de dinero a una persona física, a cambio del pago de la misma más algún interés (fijo o variable, según el contrato) previamente establecido.
“Lo que es fundamental para entender los créditos personales es que requieren de condiciones ancladas a la persona para que se pueda otorgar: que tenga un buen historial crediticio, algún tipo de aval o a veces hasta algún bien en garantía”, explica Prum.
Préstamos empresariales
Ahora bien, los créditos a empresas son productos hechos específicamente para un negocio. Manejan tasas de interés diferentes a los personales, e incluso métodos de pago pensados para las dinámicas de la operación y administración de una compañía. Ayudan a financiar proyectos que apunten a generar rentabilidad, sin poner en riesgo los activos personales. El responsable del préstamo es la empresa en su conjunto y no una persona. Además, suelen tener algunas ventajas tributarias, particularmente mediante la deducción de intereses.
¿Cuál es mejor?
Un crédito empresarial puede contribuir al crecimiento y desarrollo de un negocio, además de ayudar con la estructuración de su administración, mediante registros personalizados y operados en función de los reportes de la empresa. Los primeros años de operación de un emprendimiento son cruciales para su supervivencia, por lo que bien vale la pena potenciarlos con un financiamiento que no ponga en riesgo el patrimonio personal.
“Los créditos empresariales son siempre la mejor opción para una compañía, en particular cuando se trata de PyMEs, ya que son productos financieros específicamente diseñados para sus necesidades y capacidad de pago. Contar este tipo de herramientas tendrá efectos positivos en el desarrollo de las empresa y ayudará a los emprendedores a llevar una mejor gestión de las finanzas, sin involucrar el patrimonio de su familia, lo que a largo plazo se traduce en finanzas sanas para el negocio”, concluye el Managing Director de Creze.