Creze: Falta de historial crediticio, así empieza el sinuoso camino de las PyMEs para conseguir financiamiento
En México, el mal historial crediticio y la poca capacidad de pago son los principales desafíos de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) para conseguir financiamiento, a través de fuentes formales. La consecuencia es que, en promedio, sólo el 5% de las solicitudes de crédito se aprueban en la banca tradicional, de acuerdo a datos de Creze, plataforma financiera que brinda créditos para PyMEs.
Sin importar si se trata de una empresa de reciente creación o con años operando, el financiamiento para las PyMEs es vital para su desarrollo y consolidación. La Asociación de Emprendedores de México (ASEM) reporta en la Radiografía del Emprendimiento en México 2021, que el 90% de estas empresas se financian con recursos propios, al menos los primeros tres años de vida.
A pesar de que la principal fuente de financiamiento formal sigue siendo la banca tradicional, las fintech se posicionan cada vez más como una opción accesible para impulsar a estas compañías, y actualmente representan la primera fuente de financiamiento formal para el 6% de las PyMEs mexicanas.
“El escenario actual es sumamente retador y todo apunta a que 2022 cerrará como un año muy complejo. Lo vemos con las decisiones de las grandes compañías que están tratando de reducir costos y evitar riesgos financieros. Las nuevas dinámicas de mercado apuntan a estrategias más conservadoras, enfocadas en sobrevivir a un periodo complicado. Pero para las PyMEs, el escenario no es diferente, pues muchas veces estas empresas son las primeras en recibir el impacto de la inflación”, señala Bernardo Prum, Managing Director de Creze.
Sobrevivir a la inflación
No obstante, el financiamiento y cuidar los flujos de efectivo son clave para que estas empresas no sólo sobrevivan a la crisis, sino que también se fortalezcan. Para la mayoría de las PyMEs, la realidad financiera implica recurrir a préstamos con familiares y amigos o hasta mezclar las finanzas del fundador con la de la empresa.
“Históricamente el camino de las PyMEs para conseguir financiamiento ha sido sinuoso, además de que la banca tradicional les niega financiamiento, los emprendedores tienen que ‘ingeniárselas’ con los recursos que tienen a su alcance, muchas veces sin una estrategia financiera o conocimientos para gestionar sus gastos. El resultado es que muchas mueren y ante panoramas económicos complicados, el riesgo se vuelve aún mayor, pues muchas de estas empresas literalmente viven al día, tienen deudas y pagos pendientes de sus clientes, entre otros desafíos, añade Prum.
Al respecto, el estudio de las ASEM detalla que el 35% de las PyMEs que fracasan lo hacen por una falta de liquidez, mientras que 29% por llevar una mala administración del negocio. Asimismo, 25% de los negocios que desaparecen lo hacen debido a problemas para conseguir financiamiento.
Empezar con el pie izquierdo
Al no tener acceso a financiamiento en la banca tradicional, las PyMEs enfrentan contratiempos en todo momento: problemas para el abastecimiento y manejo de almacén, dificultad para cumplir a proveedores e incluso batallan para mantener y administrar su capital de trabajo.
“Empiezan con el pie izquierdo. Una PyME que no ha podido desarrollar su historial crediticio, y que no puede pagar créditos de largo plazo, tendrá que sortear todo lo que le venga con el flujo de efectivo de sus clientes. Esto las obliga a vivir al día, sin planeación estratégica a largo plazo y muchas veces sin la posibilidad de sobrevivir un cambio fuerte de coyuntura”, comenta el Managing Director de Creze.
Remar a contracorriente
La realidad detrás de una falta constante a fuentes de financiamiento en la banca tradicional, ha llevado a las PyMEs a buscar créditos e instrumentos en la oferta de fintech e instituciones disruptivas de la industria financiera actual.
“Las fintech han abierto las posibilidades para las PyMEs que no encontraban fuentes de financiamiento en la banca tradicional. Con procesos de contratación y esquemas de pago más flexibles, el mal historial crediticio ya no es un impedimento para obtener un crédito para llevar a una empresa al siguiente nivel. Igualmente, la poca capacidad de pago deja de ser un factor que les juegue en contra. Estos cambios en las dinámicas financieras de las PyMEs pueden ayudar a robustecer a la que es la espina dorsal económica de un país”, concluye Prum.