WWE y Fillip adquieren Lucha Libre AAA: inicia una nueva era para la lucha libre mexicana

La WWE, gigante global del entretenimiento deportivo, anunció la adquisición de Lucha Libre AAA Worldwide, en una operación conjunta con Fillip, empresa mexicana enfocada en marcas de entretenimiento y deporte. El anuncio se dio durante el fin de semana de WrestleMania, marcando un momento histórico para la lucha libre mexicana y su proyección internacional.
El acuerdo contempla la compra del 100% de las acciones de AAA, con una estructura de gobernanza compartida entre WWE y Fillip. Dorian Roldán continuará como Director General, asegurando la continuidad de una promotora que, desde su fundación en 1992, ha sido un referente en la industria del pancracio en México y América Latina.
Fillip, liderada por Bárbara González Briseño y Hugo López-Velarde como co-CEOs junto con Alberto Fasja, ha venido consolidándose como una operadora de marcas en el sector del entretenimiento deportivo. La empresa ya ha participado como inversionista en iniciativas como la King’s League y recientemente adquirió una compañía especializada en licensing y merchandising, apostando por el desarrollo de propiedad intelectual (IP) con potencial global.
Esta alianza representa un paso significativo para profesionalizar y escalar la lucha libre mexicana. Por un lado, la WWE aporta su experiencia en producción, distribución y construcción de marca; por otro, Fillip contribuye con una visión empresarial local centrada en el crecimiento de activos deportivos y culturales mexicanos.
El movimiento se enmarca también dentro de la estrategia global de TKO Group Holdings, el conglomerado que agrupa a WWE y UFC desde su fusión en 2023. Creado por Endeavor, TKO busca maximizar el valor de sus propiedades mediante sinergias comerciales y mediáticas. La inclusión de AAA fortalece su presencia en uno de los mercados más apasionados por la lucha libre, y abre oportunidades para nuevos formatos, audiencias y colaboraciones transfronterizas.
Más allá de lo mediático, la operación refleja una creciente convicción entre inversionistas mexicanos sobre el valor estratégico de su propio patrimonio cultural. La lucha libre no solo es espectáculo: es identidad, comunidad y una plataforma de negocio con alcance global.