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La ola del Nearshoring seguiría beneficiando a México en los próximos años, expertos estiman fortalezas en lazos comerciales

En el marco del evento FIBRA DAY en Nueva York, organizado por La Asociación Mexicana de Fibras Inmobiliarias (AMEFIBRA), autoridad que le da voz y relevancia al panorama del sector inmobiliario y de las FIBRAs en México, y busca incrementar la inversión extranjera frente a las oportunidades que ofrece el nearshoring a nuestro país.

Shannon K O’Neil, VP de Estudios y Miembro Senior para América Latina, Consejo de Relaciones Exteriores en Macro Advisory Partners, habló sobre el surgimiento del concepto de la globalización y expuso su estimulante punto de vista y concepción actual del surgimiento de los principales “hubs” o sectores regionales en el mundo. 

Cortesía: AMEFIBRA

En el contexto de la economía global actual, se destaca la posición favorable que México ha adquirido en las cadenas de suministro internacionales, resaltando el cambio significativo en la competitividad del país, especialmente en comparación con China, donde México muestra una clara ventaja en el costo laboral en comparación con el país asiático. Además, se señala cómo, en términos de productividad y otros factores, hacer negocios en México resulta más eficiente que en China. Esta transformación ha convertido a México en un destino atractivo para la inversión extranjera, especialmente desde la perspectiva de los Estados Unidos.

Shannon profundizó en el concepto de regionalización versus globalización y su impacto profundo en México y Estados Unidos durante los últimos 40 años. Se destacaron dos grandes conceptos erróneos con respecto a la globalización:

En primer lugar, se desmitificó la creencia de que la globalización afectó a todos los países de manera uniforme en las últimas cuatro décadas. Los datos revelaron que sólo alrededor de dos docenas de naciones experimentaron una transformación sustancial en sus economías debido al comercio, duplicando el porcentaje de su PIB. En contraste, cerca de 90 países mantuvieron la misma proporción comercial o experimentaron una disminución, lo que sugiere que la globalización no fue tan permisiva como comúnmente se percibe.

El segundo mito abordado fue la percepción de que las empresas que buscaban incursiones internacionales se aventuraban a rincones lejanos del mundo. Contrariamente, la mayoría de las empresas, al expandirse en el extranjero, preferían la proximidad y se dirigían a países vecinos para mejorar sus ganancias y márgenes. Esto se sustenta en los datos comerciales que demuestran que, en promedio, los bienes se movían sólo alrededor de 5000 millas, lo que equivale a la distancia entre Nueva York y Los Ángeles, indicando así un enfoque más regional en los negocios internacionales.

“Es importante destacar que tres de los más importantes centros regionales de fabricación son: Asia, Europa y América del Norte, ya que comprenden el 90% del comercio mundial, mientras que los demás países se encuentran en la periferia. Esta regionalización ha llevado a una situación en la que, dentro de estas tres regiones, los países tienen la oportunidad de beneficiarse significativamente debido a su proximidad y lazos económicos.” destacó Shannon K O’Neil

Se estima que a medida que el comercio se alinee cada vez más con las fronteras geopolíticas, México estará posicionado ventajosamente para beneficiarse de sus fuertes lazos con Estados Unidos. Esta tendencia de regionalización sugiere que las intervenciones gubernamentales, particularmente en geopolítica y política industrial, jugarán un papel crucial en la configuración del panorama futuro del comercio global, brindando a México oportunidades previamente inexploradas.

Se han analizado a detalle las oportunidades significativas que se presentan para México en el actual panorama económico global, particularmente en relación con las políticas industriales en evolución de los Estados Unidos. Una de esas oportunidades es la Inflation Reduction Act (IRS) considerando su potencial impacto en la transición de vehículos de combustión a vehículos eléctricos, además, esta legislación puede beneficiar a la industria automotriz mexicana, destacando los incentivos para la producción de vehículos eléctricos y baterías, lo que solidificaría a México como un actor clave en la industria automotriz global en el futuro cercano.

Otra buena oportunidad para México es el CHIPS Act con el cual nuestro país podría integrarse en la cadena de suministro de semiconductores, ensamblaje y empaquetado de estos componentes, lo que sería de gran aporte para la seguridad nacional de los Estados Unidos.

Por último, Shannon destacó la importancia de identificar y atacar los desafíos y áreas críticas que México debe abordar para capitalizar completamente estas oportunidades económicas. Hay una necesidad urgente de implementar una mayor inversión en infraestructura, especialmente en el sector de energía y electricidad. México necesita inversiones considerables, que se estiman en alrededor de 40 mil millones de pesos, para modernizar y expandir su infraestructura eléctrica y cumplir con el crecimiento proyectado en relación con la relocalización de la manufactura.

Por supuesto se debe considerar el desarrollo de estrategias en temas como la disponibilidad de recursos hídricos, la creciente necesidad de mano de obra calificada y el desarrollo de infraestructura en general, especialmente en las áreas clave que atraerán a empresas multinacionales.

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