Miedo al éxito, el reto oculto de los equipos de trabajo
- Con frecuencia, el miedo al éxito es confundido con falta de interés; para las empresas es vital detectarlo antes de que afecte su productividad.
- A nivel personal, este miedo provoca resistencia, ansiedad e irritabilidad; mientras que a nivel organizacional, decae la calidad del trabajo y predomina el estancamiento.
- Saskia de Winter Training realiza una serie de recomendaciones para las empresas que buscan ayudar a sus equipos a enfrentar este miedo.
El miedo es una emoción que todas las personas han sentido por lo menos una vez. En el trabajo suele estar relacionado con el fracaso o con la debilidad. Sin embargo, también existe un tipo del que se habla menos pero que es igual de importante: el miedo al éxito.
Este pasa desapercibido porque sus señales son más sutiles y, frecuentemente son mal interpretadas. Un ejemplo común es el del colaborador que, ante nuevas responsabilidades o logros, comienza a procrastinar, llega tarde o entrega un trabajo sin calidad. A simple vista, esto podría parecer falta de interés, cuando en realidad, el miedo al éxito lo está paralizando.
“Cuando no está en juego nuestra supervivencia, el miedo puede tener un impacto devastador,ya que nos inmoviliza y nos enferma física y psicológicamente. También nos quita asertividad en la toma de decisiones. Suele ser subjetivo, estar relacionado con nuestra autoestima y se origina en nuestro sistema de creencias”, afirma Saskia de Winter, socia fundadora y Directora General de Saskia de Winter Training, firma de capacitación empresarial e individual.
Un peligro silencioso al acecho
Se trata de un problema que preocupa a las organizaciones pues impide que los colaboradores alcancen su máximo potencial, lo que repercute en la moral del equipo, la creatividad, la innovación y la productividad.
“Los colaboradores que sufren de miedo al éxito pueden experimentar ansiedad, irritabilidad e hipersensibilidad, incluso desarrollar comportamientos que interfieren con sus responsabilidades, como la procrastinación e inclusive resistencia. Sin embargo, además del costo emocional a nivel personal, también está el financiero para las empresas. Los índices de ausentismo y rotación, el aumento en los errores, la falta de innovación y los plazos incumplidos son algunos de los impactos directos de esta emoción”, detalla la especialista.
El impacto de esta emoción puede crear un efecto dominó en las áreas operativas, administrativas y entre los tomadores de decisiones. Primero, se observa una disminución en el rendimiento, lo que da paso a la mediocridad. A largo plazo, el miedo puede hacer que las organizaciones pierdan competitividad.
Saskia apunta que en algunos casos, el miedo al éxito también está intrínsecamente ligado al temor al logro y tiene raíces complejas que se manifiestan en personas que evitan responsabilidades o metas. A menudo, quienes lo experimentan se sienten abrumados por las expectativas, la presión constante y la carga emocional que conlleva alcanzar el éxito, lo que puede llevarlos a adoptar una mentalidad de “esfuerzo mínimo” para evitar lo que perciben como un futuro de mayores demandas y menos libertad.
Construye una empresas valiente
Para Saskia de Winter Training, abordar este miedo de manera proactiva junto con los equipos es fundamental. Por ello, realiza una serie de recomendaciones para las empresas que buscan ayudar a sus equipos a enfrentar este miedo.
- Brindar apoyo psicológico: Facilitar acceso a recursos de salud mental que permita a los colaboradores, primero reconocer sus miedos y luego abordarlos de manera constructiva.
- Fomentar una cultura de apoyo: Es fundamental que los colaboradores sientan que tienen el respaldo de sus líderes y compañeros. Establecer canales de comunicación abiertos para discutir preocupaciones y expectativas ayudará a reducir la presión sobre el éxito individual.
- Celebrar el proceso, no solo el resultado: Las empresas deben valorar tanto el esfuerzo como los logros. De esta forma, el miedo a mantener altos estándares se reduce, ya que los colaboradores entienden que lo importante es el progreso constante.
- Recompensar el aprendizaje y el fracaso: Es necesario cambiar la percepción del error dentro de las organizaciones. Si los empleados sienten que pueden aprender de sus errores sin consecuencias negativas, estarán menos inclinados a temer el éxito.