¿El Ecosistema de Emprendimiento Social e Impacto como un ‘Gatopardismo’ en la Igualdad de Género?
Por Hugo Hernández Gamboa, Gestor de la Información de la Red de Impacto
Giuseppe Tomasi di Lampedusa. En la obra, un personaje emblemático pronuncia la frase: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie“. Esta idea se ha convertido en una metáfora para describir situaciones o procesos en los que parece que se están realizando cambios significativos, pero, que en realidad, las cosas permanecen casi inalteradas.
En otras palabras, el gatopardismo hace referencia a la apariencia de cambio o reforma sin una transformación real del statu quo, manteniendo las situaciones tal cual están en la actualidad. Este concepto nos lleva a plantearnos: ¿Podríamos considerar que el ecosistema de emprendimiento e impacto en América Latina es un ejemplo de gatopardismo en cuestiones de género e igualdad? ¿Cuáles son las medidas concretas que se están adoptando para promover la igualdad de género en este ámbito? ¿Cómo podemos avanzar hacia un cambio auténtico y significativo en este aspecto?
El ecosistema de emprendimiento social e impacto en América Latina se ha destacado como un terreno fértil para la creatividad, la diversidad y la inclusión. Dentro de este espacio, las ideas florecen y se promueve activamente la igualdad de género, al mismo tiempo que se abogan por la equidad de oportunidades. Las organizaciones y empresas que forman parte de este ecosistema se esfuerzan por establecer prácticas inclusivas, impulsar iniciativas innovadoras y adoptar métodos de trabajo ejemplares.
Para evaluar el compromiso de estas entidades, podemos recurrir a un indicador claro: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que priorizan, tal como se refleja en el mapeo realizado por la Red de Impacto LATAM. En este mapeo, el objetivo de trabajo decente ocupa el primer lugar y el de equidad de género el tercer lugar en términos de prioridad dentro de las organizaciones mapeadas (ver gráfica 1).
Este indicador resalta la importancia que estas entidades otorgan a la igualdad de género como un objetivo fundamental en sus esfuerzos por generar un impacto positivo en la sociedad. Sin embargo, es crucial analizar si este compromiso se traduce en acciones concretas y en un cambio real en la participación y el liderazgo de las mujeres en el ecosistema de emprendimiento e impacto en América Latina.
Gráfica 1. ODS atendidos por organizaciones mapeadas
Fuente: Elaboración propia con datos de https://redimpacto.org/mapeo/
Y es que, sin recurrir a estereotipos, la historia nos ha demostrado que las mujeres no solo se preocupan por asegurar lo necesario para su economía, sino también por el bienestar y la estabilidad de quienes las rodean. En este sentido, observamos un aumento en el número de mujeres que lideran empresas emergentes y organizaciones centradas en el impacto social y ambiental, lo cual se alinea con las características y objetivos propios de este ecosistema. Este ascenso es un testimonio de la notable habilidad y espíritu emprendedor de las mujeres, quienes demuestran repetidamente sus amplias capacidades para dirigir con éxito empresas y proyectos de gran magnitud e impacto
No obstante, en el contexto de este discurso y de estas acciones progresistas, parece emerger una paradoja. A pesar de que muchas de estas iniciativas están dirigidas por mujeres, las posiciones directivas fundamentales en el sector continúan arraigadas en estructuras tradicionales. Si esta paradoja se confirma, revelaría una clara desconexión entre los valores de igualdad proclamados y la realidad en el ecosistema.
