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Xhindó: El emprendimiento social que busca transformar comunidades artesanales

Santiago Muriel se describe a sí mismo como un emprendedor social apasionado por los datos y la tecnología. Con estudios en matemáticas aplicadas, Santiago encontró un propósito a través del trabajo social con comunidades de artesanos en Hidalgo cuando ingresó a una asociación civil llamada Enlace Rural y fue asignado a un proyecto en ese estado. El proyecto se llamaba Fomento de Actividades Productivas y su objetivo era generar un proyecto productivo entorno a alguna actividad cultural para la comunidad.

Cuando llegó a esta árida comunidad, la cual cuenta con una baja densidad poblacional, con alrededor de 120 familias, Santiago y su equipo se dieron cuenta de que la actividad del bordado es una parte importante de su cultura, transmitida de generación en generación y realizada principalmente por mujeres mientras pastoreaban a los animales.

Aunque muchas de ellas realizan bordados como una actividad para pasar el tiempo, también intentan comercializar sus productos, pero enfrentan barreras debido a la falta de diferenciación y a la complejidad de entrar en el mercado.

“A pesar de que ninguno de nosotros tenía experiencia en el ámbito textil, decidimos que la confección de playeras con bordados sería una buena opción ya que las playeras se han convertido en una moda versátil y popular en muchos contextos,” comentó Santiago en una plática con Techla.

En ese entonces, las playeras eran fáciles de intervenir y de vender; comenzaron distribuyéndolas en la universidad y desde la primera iteración, buscaron hacer una producción protegida. La respuesta de la gente fue muy buena desde el principio, aunque las playeras no eran muy buenas en cuanto al diseño y la calidad debido a la falta de experiencia en procesos artesanales y bordados.

El proceso de convertirse en una empresa

Después de un tiempo durante el cual identificaron varias áreas de oportunidad, el equipo de Xhindó comenzó a involucrarse más en el proyecto y a investigar sobre el tema social. Fue ahí donde encontraron una forma de mejorar la situación de estas familias.

“Al principio, nuestro proyecto comenzó a llamar la atención de la gente, y muchos se ofrecieron como voluntarios. Después de un año, nos dimos cuenta de que nuestro enfoque en la empresa social estaba en línea con lo que se está investigando en el sector social en México. Aunque no éramos los primeros en trabajar en este concepto, era algo poco conocido y hablado en ese momento. La búsqueda de un equilibrio entre el propósito, el impacto y un modelo sostenible fue un tema importante en nuestro proyecto, ya que queríamos crear un modelo que pudiera ir escalando y ser auto-suficiente”

Después de un tiempo, deciden independizarse de la asociación civil y convertirse en una empresa. Fieles a su formación en ciencias exactas, fueron muy puristas en su operación:

“Al principio, nuestro enfoque estaba en el ingreso. Queríamos que el ingreso recurrente que generamos con nuestro grupo de mujeres colaboradoras dentro de la comunidad les permitiera superar ciertos niveles de ingresos y barreras para enfocarse en otras prioridades importantes, como la educación de sus hijos. Nos dimos cuenta de que la labor era compleja y que impactamos en muchas dimensiones de las personas, no solo en el factor económico.”

Desafíos y oportunidades

El primer desafío fue crear lazos de confianza con la comunidad. Muchas veces, las personas de estos lugares están acostumbradas a que lleguen proyectos y promesas que nunca se cumplen, por lo que era importante mostrarles que el proyecto de Xhindó no era así y que existía un compromiso real.

Otro reto importante fue el de la comunicación. En muchas de estas comunidades, el acceso a la información y la tecnología es limitado, lo que hace difícil la comunicación entre los emprendedores y la comunidad. Por ello, buscaron formas creativas de comunicarse, como a través de líderes comunitarios y la realización de reuniones presenciales.

Los recursos también han sido un tema importante a tratar. Como en cualquier proyecto social, siempre hay limitaciones en cuanto a los recursos que se tienen disponibles. Sin embargo, esto ha llevado al equipo a ser más creativos en la búsqueda de soluciones y a ser más eficientes en el uso de los recursos que tienen disponibles.

Para Xhindó, el boom digital que tuvo el comercio a raíz de la pandemia, representó otro reto importante al tener que migrar al canal digital y lanzar un e-commerce en poco tiempo.

Equilibrio entre el impacto, la rentabilidad y la sostenibilidad

Para las empresas sociales, el equilibrio entre el impacto, la rentabilidad y la sostenibilidad es un reto constante. El equipo de Xhindó se enfrentó con el reto de lograr este equilibrio, ya que se enfocan demasiado en el impacto y no dejaban nada para la empresa. Como resultado, la empresa nunca tenía suficiente dinero para crecer, lanzar nuevas líneas o contratar a nuevos empleados.

Para aumentar la rentabilidad, la empresa ayudó a las tejedoras a que aprendieran serigrafía para que pudieran completar el ciclo de producción ellas mismas y aumentaran el nivel de producción.

Xhindó ha buscado colaboraciones estratégicas con otras organizaciones para aprender de ellas y sumar esfuerzos. Entre sus colaboraciones destacan las de Ulaki, Ecolecta y Enlace Rural. Una de las colaboraciones más exitosa se dio durante la pandemia, cuando lanzaron una línea de productos en colaboración con Caztro, un artista emergente.

“Inicialmente, soñábamos con una empresa que vendiera en todo el mundo, pero nos dimos cuenta de que la escalabilidad no es para todos y que no debería ser el único factor que defina el éxito empresarial. En nuestro caso, entendimos que el éxito no estaba en función de con cuántas mujeres colaboramos, sino en que ellas estuvieran en un proceso de transformación personal y colectivo con la comunidad.”

Futuro y expectativas

Aunque sus expectativas han cambiado, la profundidad del modelo de impacto que Xhindó busca, sigue siendo la misma. Actualmente están en un proceso de renovación empresarial, buscando nuevas oportunidades y trayendo a gente con ideas frescas para seguir adelante. Actualmente la marca se ha consolidado como una empresa que desarrolla productos textiles para otras empresas, como regalos corporativos o uniformes.

En cuanto al producto, los próximos pasos se definen en función de las oportunidades que surgen, lo que les ha dado la flexibilidad para innovar y explorar nuevas cosas. El propósito es transmitir al mundo el modelo de impacto que han logrado construir, el cual es transformador y robusto.

“Aunque ha sido difícil, hemos logrado consolidar nuestro modelo de intervención durante estos cinco años y hemos medido su éxito de diferentes maneras. Queremos escalar el modelo de impacto para llegar a más gente y complementarlo con un lado comercial más fuerte.”

Xavier Escárcega

Comunicador, investigador y corredor de tiempo completo.

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