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Akampa: Experiencias de conexión con la naturaleza que cumplen un propósito social y ambiental

Gerardo Adame (27) de muy temprana edad se conectó con la naturaleza. Sus padres lo llevaban a él y a sus hermanos a lugares como El Chico en estado de Hidalgo o a la Isla de Lobos en el estado de Veracruz donde aprendió mucho sobre los diferentes ecosistemas y los animales que los habitan.

“Fue una aventura increíble que me ilusionaba muchísimo como niño, yo buceaba desde los siete años e ir ahí era un viaje principalmente de buceo. Entonces comenzamos nuestra vida muy cercanos a la naturaleza y con mucho amor, en mi caso particularmente, a los animales.”

Sin embargo, la pasión por la naturaleza no fue lo primero que capitaliza Gerardo. Su habilidad como jugador de fútbol lo llevó a probarse con las fuerzas básicas de los Pumas de la UNAM y a finalmente ser contratado como jugador profesional. Durante esta etapa entre los 13 y 20 años, el ahora emprendedor se alejó de la naturaleza ya que sus deberes como jugador consumían gran parte de su tiempo.

Cambio de camino

Al cumplir 20 años, Gerardo decide que el camino en el fútbol no es lo suyo y decide retirarse para enfocarse en el estudio y en su verdadera pasión por la naturaleza. Por esta razón llega a la La Paz donde su prima se encontraba estudiando Biología Marina y conoce a unos pescadores  de tiburón del archipiélago de Espíritu Santo, quienes lo invitan a trabajar por un tiempo con ellos.

“Los acompañé como ayudante. Apoyaba en lo que fuera necesario, desde cargar hieleras hasta a iluminar. Todo sin realmente saber qué buscaba, simplemente por una pasión increíble de entender estas vidas y de estar lo más cercano posible a la naturaleza. Yo quería pasar la mayor cantidad de horas que pudiera en el mar y esas semanas viviendo con los pescadores me cambiaron la vida.”

Trabajando con los pescadores Gerardo también comprendió parte de su problemática en donde por necesidad económica, sobreexplotan su actividad provocando que los precios de su producto bajen y que la población de animales se vea afectada de manera considerable. Fue ahí cuando le hizo sentido la fórmula del ecoturismo en donde genera incentivos a partir de tours para conocer la fauna marina para que el valor en el mercado de la misma sea más alto estando viva que muerta.

“Si el pescador en vez de estar pescando tiburones lleva a mis clientes a ver a las ballenas, protege a los tiburones y a las ballenas y a los demás animales. Aparte mejoras significativamente la calidad de vida del pescador y no lo sacas del mar.”

Para Gerardo la responsabilidad del ecoturismo, además de conservar los espacios naturales con la menor intervención humana, es crear incentivos para mejorar la calidad de vida a nivel social. Esta fórmula lo llevó a ganar un concurso de emprendimiento en la Universidad, lo que le ayudó a reforzar su tesis de que su llamado profesional estaba directamente ligado a la naturaleza.

Primeros pasos y aplicación del modelo

Luego de graduarse de la universidad y después de un periodo trabajando en la empresa deportiva PUMA, Gerardo decide aventarse en su aventura del emprendimiento junto a un amigo de la infancia Emilio Bailón, economista del ITAM y a una prima suya llamada Eugenia Méndez.

“Eugenia es la tercera Avenger. Emilio da esta estructura y toda la parte más numérica y estratégica. Euge está muy enfocada en la naturaleza, la conservación y la sustentabilidad. También es muy movida en temas operativos. Entonces fue una asociación increíble y entre los tres empezamos con las primeras versiones.”

Ya con el proyecto en marcha se dan cuenta de que es necesario vender la experiencia más como aventura y menos como servicio social, por lo que deciden integrar al experto en Marketing Daniel Rodríguez, quien había colaborado con startups como Konfío y a Esteban Ramírez quien está a cargo de la parte tecnológica  y opera como Jefe de Producto.

“Si comunicas nuestro servicio como una aventura increíble en donde además de conocer estos espacios y convivir con la fauna, acampas y ayudas y educas a los clientes y les enseñas el impacto positivo que tiene su viaje, se enamoran por completo del concepto.”

Así se cierra el círculo virtuoso de Akampa, que además, es replicable en otras zonas naturales del país. “Puedes ayudar a preservar la Huasteca Potosina, el desierto de Sonora o la sierra tropical de Puebla y Veracruz”. A través del camping minimizas el impacto ambiental y ayudas a las comunidades a florecer en armonía con el ambiente.   

Lo que sigue para Akampa

En dos años de operación, Akampa ha logrado desarrollar experiencias para cientos de clientes quienes han visitado diferentes zonas de la República. El crecimiento, aunque no ha sido lineal, ha permitido al equipo escalar su operación para vender más viajes con mejor servicio.

Con miras hacia el 2023, el equipo de Akampa quiere expandir su presencia en otros estados y realizar colaboraciones con otras empresas con ideologías similares para ofrecer una experiencia mucho más completa al usuario.

“En febrero vamos a tener viajes con Sobremesa y Kentro para ofrecer actividades físicas como el yoga combinado con fuerza y experiencias gastronómicas encabezadas por la chef Lucía Benítez. También en abril estaremos realizando otra experiencia con La Magia del Caos, un proyecto de Aislín Derbez.”

Gerardo comenta también que seguirán buscando este tipo de colaboraciones que sumen y que empezarán a considerar una expansión internacional a países como Costa Rica y Perú.

“Queremos crecer pero sin prisa. Primero buscaremos tener un muy buen producto mexicano y poco a poco ir entrando en el mercado internacional” concluyó el emprendedor.

Xavier Escárcega

Comunicador, investigador y corredor de tiempo completo.

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