Los retos de crear soluciones financieras accesibles en América Latina
La coyuntura socioeconómica de Latinoamérica ha dificultado el acceso a productos financieros, creando una cultura de modelos informales. Ahora, las startups tienen el reto de aprovechar y transformar esa idiosincrasia en soluciones financieras accesibles, apoyadas por la tecnología.
En América Latina y el Caribe, el 54.4% de la población no tiene cuenta bancaria, y solo 113 millones de habitantes tienen tarjetas de crédito, entre una población de 625 millones, de acuerdo con el Banco Mundial. Esta desigualdad en el acceso a la bancarización ha impulsado prácticas como el “fiado”, un mecanismo informal de comprar ahora y pagar después, usualmente en efectivo, basado en la confianza, presente desde las tiendas de barrio hasta los grandes almacenes.
Las startups fintech han intentado capturar esa cultura, por ejemplo, con apps que otorgan microcréditos en la nube, canjeables en tiendas de barrio, que pueden liquidarse en efectivo. También hay terminales livianas para pago con tarjeta en comercios pequeños, sin intermediarios bancarios. Las tarjetas de crédito de los llamados “neobancos” pueden solicitarse desde el celular y liquidarse en tiendas de conveniencia. Para la población que sí está bancarizada, las billeteras digitales son alternativas al efectivo con menos requisitos que las tarjetas de crédito.
Sin embargo, hay factores clave que estas propuestas deben tomar en cuenta para prosperar. En opinión de Santiago Tobón, CEO de Vaale, una startup de “compre ahora, pague después” enfocada en artículos de primera necesidad, hay tres retos principales al desarrollar soluciones financieras para Latinoamérica.
Aprovechar los usos y costumbres
Un error común del sector bancario tradicional ha sido no entender la “cultura de financiamiento popular”, de más de 50 años de antigüedad en la región latinoamericana. O bien, verla como un problema cuando ha sido una solución conveniente para la población no bancarizada.
“En Latinoamérica el uso extendido del efectivo no es un problema”, comenta Tobón. “No hay que buscarle una solución porque no es un problema, es una oportunidad. Se está intentando resolver un dolor que no existe”.
Una solución efectiva aprovecharía esa oportunidad de redirigir la popularidad del “compre ahora, pague después” del fiado hacia una opción digital fácil de utilizar.
Volver accesibles las soluciones
En Latinoamérica, el acceso a productos financieros por lo general ha sido relegado a los estratos socioeconómicos más altos, por sus costos, requisitos, y la regulación gubernamental. Esto ha llevado a que una gran parte de la población desconozca el funcionamiento de los productos bancarios, o no le interese aprender a utilizarlos por considerarlos fuera de su alcance.
“Por lo general, no se utilizan herramientas correctas de KYC, Know Your Customer (‘conoce a tu cliente’). Cuando no te conocen bien, la mayoría de las veces los bancos te van a rechazar, al no haber opciones de crédito para tu nivel de ingreso, o te ofrecerán un crédito por debajo de lo que necesitas o, al contrario, muy por encima de tu capacidad de pago”, apuntala el CEO de Vaale.
Sin embargo, a medida que los gobiernos han relajado la legislación, como México con la “Ley Fintech” de 2018, han surgido nuevos actores que sí utilizan procesos Know Your Customer para ofrecer productos adaptados al usuario, como los neobancos.
Acceso equitativo a financiación
Uno de los principales obstáculos de las startups fintech es conseguir el financiamiento adecuado, y que éste sea equitativo. En ocasiones, las startups que más reciben apoyo son las más populares, aunque no sean las más rentables o efectivas.
“Latinoamérica tiene una oportunidad única en el mundo para bancarizar a las personas. Hay una cantidad de innovación grandísima, se ha trabajado mucho en crear conocimiento. Hay emprendedores con ideas geniales, pero el acceso a recursos, como fondos de inversión, siempre ha sido limitado en comparación con otras regiones. Los inversionistas necesitan ver que aquí hay oportunidades y problemas por resolver, y un montón de emprendedores que requieren apoyo financiero para desarrollar estos mercados”, concluye Tobón.