Founders ayudando founders: la nueva tendencia que podría salvar a las startups
Existen una multiplicidad de factores que influyen directamente en el éxito o fracaso al momento de emprender. Desde la idea inicial, el modelo de negocios, la capacidad de conseguir fondos o el margen de rentabilidad hasta cuestiones tales como el capital humano, la experiencia de los founders, entre otros. A lo anterior se suman otras consideraciones como las tendencias macroeconómicas, el comportamiento de los mercados o las crisis.
Las startups suelen ‘salirse de la caja’ cuando de emprendimiento se trata. Cuando llegan a la cima y se convierten en unicornios alcanzan valuaciones que empresas (incluso con décadas de operación) sólo pueden soñar. Tienen un mayor foco de atención, por lo cual un error puede tener consecuencias importantes.
“Los empresarios jóvenes con frecuencia no saben a quién recurrir para sortear las curvas de aprendizaje de emprender un negocio. Los founders de una startup se topan con pared en la medida que aprenden a manejar simultáneamente sus empresas y navegar las vicisitudes del mercado. Tienen ideas novedosas, que irrumpen industrias, pero que bien pueden robustecerse con el conocimiento de quienes ya han pasado por el mismo camino anteriormente”, explica Guillermo Cruz, Managing Partner de Maquia Capital, proyecto que impulsa la bursatilidad de las empresas mexicanas para que coticen en la bolsa de Estados Unidos.
El especialista añade que existe una correlación notable entre las startups exitosas con modelos de emprendimiento de alto impacto y el acercamiento que tuvieron en etapas iniciales (y a lo largo de su proceso de consolidación) con expertos y founders que retroalimentaron su visión, perspectiva y los guiaron en el camino de los altibajos del emprendimiento.
Más sabe el Diablo por viejo…
Históricamente, el ecosistema empresarial depende de la creación de redes de apoyo para la consolidación de un sector, mismas que implican la socialización de conocimiento, tecnologías e incluso de intercambio de recursos humanos para su florecimiento. Esto es algo que se observa frecuentemente en los clústers industriales en los que hasta existe una proximidad geográfica que permite la colaboración, sobre todo cuando generaciones con más experiencia conviven con los founders más jóvenes.
La capacidad de gestión de un equipo, la selección de talento, la gestión de habilidades y la experiencia son decisiones que requieren de experiencia. Estudios de casos de éxito en Silicon Valley señalan que el aprovechamiento indirecto de las experiencias cercanas entre founders jugó un papel relevante, casi tanto como el que tiene la innovación disruptiva,
“Esta idea no puede ser muy diferente para jóvenes emprendedores, sobre todo los de alto impacto. Quienes comienzan requieren de mentoría y acompañamiento, y quizá hasta se puede pensar como una responsabilidad de empresarios más experimentados, que ayuden a potencializar sus posibilidades de éxito con procesos de aprendizaje significativo. Al final del día la experiencia de unos es la punta de aprendizaje de otros, así crecen todos”, comenta Jerónimo Peralta, Managing Partner de Maquia Capital.
Nuevas formas de construir
Si founders con más experiencia apoyan a los founders que irrumpen un mercado, poco a poco se pueden articular nuevas formas de construir conocimiento, industria y ecosistemas empresariales más robustos. En un futuro, este tipo de consolidación ayudará a la economía de una región, a través de la generación de empleos y creación de oportunidades para poblaciones más extensas.
“Se trata de una tendencia que se nutre de conferencias, talleres y grupos de trabajo (tanto al interior como al exterior de una industria) que bien vale la pena cimentar e impulsar”, concluye Peralta.