Braskem, una de las empresas mejor posicionadas en el sector petroquímico mundial, anunció el lanzamiento de Oxygea, un centro de startups creado para fomentar el desarrollo de ideas y empresas innovadoras.
La iniciativa destinará 150 millones de dólares a la asociación con startups, actuando en dos frentes: venture builder, centrado en la estructuración e incubación de nuevas empresas (50 millones de dólares), y corporate venture capital (CVC), para invertir en startups más maduras (100 millones de dólares).
La tesis de inversión se basa en la sostenibilidad (neutralización de carbono, reducción de emisiones, reciclaje, energías renovables, entre otros) y en la transformación digital (relacionada con las fábricas inteligentes – Industria 4.0 y 5.0, machine learning, inteligencia artificial y futuro de la movilidad).
“Hicimos un proyecto interno para ver cómo acelerar la innovación en Braskem y llegamos a la conclusión de que era crucial acercarse al ecosistema de las startups”
Artur Faria, director ejecutivo de Oxygea.
El ejecutivo, quien tiene una larga trayectoria en la empresa, señala que Braskem ya contaba con iniciativas de innovación abierta, como el programa de aceleración y tutoría Braskem Labs. Sin embargo, carecía de un mecanismo autónomo y estructurado de intercambio con el ecosistema.
En el lado de los constructores de riesgo, Oxygea ya alberga 4 iniciativas surgidas en Braskem: Loadshark, un sistema de gestión de carga con funcionalidad de subasta inversa para cargadores; AM Solutions, de producción y venta de filamento para impresoras 3D; S-Index, un estándar de sostenibilidad para que los consumidores puedan comparar el impacto ambiental de diferentes productos; y Babel, de optimización del proceso de producción de transformadores de la industria del plástico a través del aprendizaje automático.
“Nos dimos cuenta de que en una empresa del tamaño de Braskem, no teníamos la estructura, los procesos y la gobernanza adecuada para que las startups prosperaran, porque se encuentran dentro de una gran estructura, con mucha burocracia y un alto nivel de cumplimiento. El primer paso fue desarrollar el constructor de empresas para que las empresas internas pudieran crecer”, comentó Artur. Braskem al día de hoy cuenta con 40 unidades industriales en Brasil, Estados Unidos, México y Alemania, y exporta sus productos a clientes de más de 71 países.
Para el ejecutivo, el momento actual del mercado es ideal para que Braskem entre con más fuerza en el ecosistema de las startups. “Este es el momento en que más lo necesitan. Muchos están pasando por dificultades debido a los altos tipos de interés y a la disminución del volumen de inversión, que forman parte del contexto mundial. Pero nuestro capital está comprometido y tenemos la estructura para apoyar a estas empresas”, explica el ejecutivo.
Braskem aportará especialistas en varias áreas necesarias para el negocio, como marketing, recursos humanos y finanzas, para resolver los dolores y necesidades de las startups asociadas. La empresa también proporciona tutoría, conexiones y la posibilidad de utilizar Braskem como laboratorio, además de tener a la empresa petroquímica como cliente.
“Nuestro objetivo es poder ofrecer un backoffice a las startups, para que puedan centrarse en sus soluciones y no gastar tiempo y recursos en actividades que podemos hacer nosotros”
