6 acciones heredadas que limitan el crecimiento de las empresas familiares
En México, el 45% de las PyMEs son empresas familiares, de acuerdo a registros de la Radiografía del Emprendimiento en México (2021); no obstante, también existen grandes compañías o incluso startups que se crean y lideran en familia. A pesar de los diferentes giros o tamaños de las empresas familiares, todas tienen algo en común: corren el riesgo de heredar prácticas que con el paso del tiempo limitan el campo de acción de la compañía y con ello su capacidad para sobreponerse ante nuevos desafíos.
“Muchas veces las empresas familiares heredan no sólo una compañía, sino también una dinámica y operación diaria. Algunas veces son altamente funcionales, de ahí que les hayan permitido sobrevivir al cambio generacional, pero otras, se trata de métodos que fueron efectivos en la época del fundador, pero que ante cambios en el mercado dejan de ser efectivos. En México, sólo 3 de cada 10 empresas familiares sobreviven el recambio de la primera generación y una sobrevive al tercero”, explica el Dr. Guillermo Cruz, actual Presidente de ACAD y Socio de RSM México.
Los cambios de liderazgo generacional en empresas familiares representan desafíos enormes, a los que se suman presiones del núcleo y tiempos complejos (como la pandemia en años recientes o la actual inflación).
“El estrés del nuevo líder puede ser alto frente al peso de ‘así se ha hecho siempre y siempre funciona’. Además no hay que perder de vista que las empresas familiares no sólo tienen en juego el rumbo de un negocio, sino el patrimonio entero de una familia que se construyó a lo largo de años de trabajo”, apunta el Dr. Cruz.
Por ello, el especialista señala las 6 acciones heredadas más comunes entre las empresas familiares que limitan su crecimiento:
- Tradición sin reglas
Con frecuencia, en empresas familiares se hereda una tradición de 20, 30 o hasta 100 años. Sin embargo, es fundamental considerar que el desarrollo de habilidades en la administración de negocios no ha sido la misma. Muchas de las tradiciones familiares salieron sobre la marcha, pero no cuentan con reglas claras y procesos bien establecidos. Operar una empresa hoy en día, cuando las dinámicas del mercado son mucho más complejas, puede fácilmente descarrilar un pase de estafeta.
- Deudas problemáticas
De igual manera, el ecosistema financiero ha cambiado notablemente a lo largo de las últimas décadas. Hoy en día existen productos y servicios hechos a la medida de pequeñas y medianas empresas, esquemas de financiamiento que sirven para potenciar un negocio en su proceso de desarrollo. Una deuda heredada con tasas de interés altas, sin una planeación estratégica, puede tener consecuencias enormes y presenta un desafío importante en un momento de recambio generacional.
- Falta de estrategia
“Con frecuencia hay empresas familiares que se han enfocado en sobrevivir, es decir, siguen en el mercado, pero su gestión de finanzas no es óptima. No les permite crecer pero tampoco son tan bajas como para que cierren sus cortinas. Esto se debe en gran medida a una falta de estrategia y gobierno corporativo. El futuro de estas empresas depende mucho del mercado, algunas sobrevivirán (incluso décadas) pero su calidad de vida disminuirá y eventualmente quedarán rebasadas por su competencia”, comenta el Dr. Cruz.
La falta de estrategia es una de las acciones que los nuevos líderes deben dejar de lado, ya que de ello depende en gran medida el futuro de la empresa. Se trata de planes financieros, de digitalización, procesos, incluso de atracción de talento. Éstas serán las bases para tener un crecimiento sólido y sostenido.
- Miedo al cambio
Sin embargo, en el punto anterior no sólo entra en juego una falta de planeación estratégica. Con frecuencia también existe un miedo palpable al cambio. No se trata de no querer enfrentar retos de alteraciones en un mercado o industria, sino que hay temor por todo lo que se debe realizar para lograrlo. Un liderazgo nuevo en una empresa familiar debe sacudirse esos miedos y presiones para lograr hacer crecer su negocio en el largo plazo.
La resistencia al cambio, apunta el Presidente de ACAD, puede derivar del miedo a ‘arreglar lo que no está roto’ y se dejan de lado los beneficios que pueden traer las ideas frescas y las mejoras.
- Administración poco sistematizada
Las empresas familiares tienden a concentrar todo el poder de decisión y ejecución en una sola persona o un grupo pequeño. Esto lleva a que no haya procesos sistematizados de la administración y operación que no cambian o difícilmente lo hacen, ya sea porque los líderes desconocen cómo hacerlo o no cuentan con orientación especializada.
- Alianzas mal ponderadas
Parte de la tradición de una empresa familiar tiene que ver también con alianzas comerciales que rara vez se reconsideran. Los proveedores son amigos de la familia (o incluso otros familiares) y, por lo mismo, no se analiza qué tan efectivas son las relaciones creadas para la operación del negocio. Un reto importante de un nuevo liderazgo de estas empresas será ponderar la conveniencia de seguir funcionando en esos términos y elegir a los aliados comerciales que verdaderamente aporten valor a la empresa.