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Gobierno corporativo, al rescate de las startups mexicanas

México vive la inflación más alta del país en 20 años con una tasa anual de 8%, y se estima que seguirá por encima del 7.7% hasta 2023. En los Estados Unidos la situación actual no es muy diferente, pues este país registra niveles que superan 8.6%, algo que no sucedía desde 1981, cuando aquella nación enfrentó una recesión derivada por la crisis energética de finales de los años 70´s. La coyuntura actual es compleja económicamente para todos los sectores productivos del país y del mundo.

“Quienes peor viven estas situaciones difíciles son las empresas que se encuentran en pleno desarrollo. Un caso paradigmático de esto es las startups, que dependen de la inversión de capital de riesgo y de poder proyectar crecimientos agresivos tanto en el mediano como en el largo plazo. Pero al mismo tiempo se trata de empresas disruptivas que, por estar en medio de curvas de aprendizaje y consolidación de su modelo de negocio, suelen soslayar la importancia de robustecer su arquitectura administrativa en su proceso de afianzamiento”, explica el Dr. Guillermo Cruz, actual Presidente de ACAD.

De acuerdo con Endeavor, el capital de riesgo en México creció significativamente desde la segunda mitad de la década de 2010. Las inversiones para las nuevas empresas crecieron a una tasa anual compuesta del 69% y desde el 2020 (con la pandemia por Covid-19) las innovaciones y  la adopción digital en el país, particularmente en fintech y en el comercio electrónico, se abrieron paso de manera exponencial.

De acuerdo con la organización, las startups y las empresas unicornio “no solo traen un crecimiento económico significativo y crean empleos de alta calidad, sino que también se convierten en una fuente de inspiración para emprendedores, inversores y empleados que buscan iniciar emprendimientos propios”.

Pero a pesar de su valor para la economía, estas empresas pueden potencializar sus riesgos de fracaso ante escenarios complejos. El reporte  The Top 12 Reasons Why Startups Fail de CBInsights señala que la principal causa del fracaso para estas empresas es que se quedan sin efectivo (38%), la segunda razón es que su oferta no es algo que el mercado necesita (35%), la tercera es que son superadas por su competencia (20%), la cuarta es que no tienen un buen modelo de negocio (19%) y la quinta razón obedece a problemas regulatorios o legales (18%).

Frente a la crisis, solidez

Para el Dr. Cruz las startups son empresas que particularmente deben contar con una estructura sólida, si bien todas la requieren, “con las startups pasa algo muy curioso y es que ante sus rápidos crecimientos y su necesidad de capital para sostenerlos, los problemas pueden manifestarse de forma más drástica y acabar con años o meses de trabajo. El gobierno corporativo es la estructura que sostiene el crecimiento de una startup, le permite llegar a más clientes, captar nuevos mercados y consolidar la confianza de los inversionistas”, apunta el Presidente de ACAD.

También agrega que en momentos de crisis es que verdaderamente se pone a prueba el liderazgo de una empresa. Por ello es tan fundamental qué este no dependa de una persona, sino que exista toda una ‘plomería institucional’ que permita que la toma de decisiones siempre sea transparente y con base en los principios fundamentales de la empresa, sin importar el contexto o los sentires de quienes estén al mando. “El gobierno corporativo ofrece eso: una solidez que permite resistir las coyunturas más complejas, a través de una administración eficiente y una planeación estratégica constante. Las startups en desarrollo bien podrían voltear a ver a este instrumento a modo de rescate frente a un 2022 tan complicado como el que se vislumbra”.

La mejor reacción es la planeación

Los conceptos básicos detrás del gobierno corporativo implican la delineación de procedimientos y normativas a seguir por una empresa, incluyendo mecanismos de control y seguimiento que son supervisados por distintos órganos. Para ello se necesita una planeación exhaustiva, así como una revisión constante de estrategias a seguir en el corto, mediano y largo plazos.

En medio de una crisis que merma las proyecciones de crecimiento para compañías de cualquier tamaño, pero sobre todo a las que se encuentran en pleno desarrollo (como es el caso de las startups), la mejor reacción es la planificación consciente, con base en un análisis realista de la coyuntura actual, pero buscando solidificar las bases y solidez que sólo la institucionalidad y la buena administración pueden dar.

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