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Private Equity y Venture Capital, ¿cuál es la diferencia?

Los fondos de inversión se han convertido en uno de los actores más importantes para el desarrollo de startups y empresas de un perfil innovador tanto en México como Latinoamérica. Conceptos como Private Equity y Venture capital han ganado notoriedad en los recientes cinco años en el ecosistema emprendedor mexicano.

De acuerdo a cifras de Transactional Track Record (TTR), durante 2021 la inversión de Venture Capital en México creció 294% con respecto al año anterior y superó los 4 mil millones de dólares. Este impulso ha permitido que más startups y empresas tecnológicas con gran potencial de crecimiento accedan a capital de riesgo para crecer y expandirse.

Sin embargo, muchas veces persiste la duda con respecto a los conceptos de Private Equity y Venture Capital: ¿Cuáles son sus similitudes y diferencias? ¿A qué tipo de fondo debe recurrir mi empresa en busca de financiamiento? ¿Cuáles son los beneficios que las compañías obtienen al asociarse con estos actores?

“Es normal que estos dos términos se confundan. Ambas modalidades comparten grandes similitudes, pero en su core tienen una diferencia sustancial: los sujetos de su inversión. Si bien los fondos de capital privado y capital de riesgo tienen un vínculo, su principal diferenciador es su enfoque de inversión”, señala Guillermo Cruz, Managing Partner de Maquia Capital, grupo financiero especializado en activos alternativos y fondos de inversión que busca la bursatilización de empresas mexicanas y latinoamericanas.   

¿Cuál es la diferencia entre Private Equity y Venture Capital?

El concepto de capital privado, también conocido como Private Equity, se refiere a inversiones en compañías privadas por medio de fondos y otras estrategias. Este modelo se diferencia del capital público, o Public Equity, en el que las inversiones se realizan en empresas públicas que cotizan en la bolsa de valores.

Este tipo de inversiones, tanto Private Equity como Venture Capital, pueden implicar un mayor riesgo que comprar acciones de una compañía listada en el mercado público, pero también cuentan con una rentabilidad más alta.

En este caso, una de las principales diferencias entre ambos modelos es que los fondos de Private Equity invierten en empresas estables y maduras que están en proceso de expansión; mientras que los fondos de Venture Capital están en busca de compañías jóvenes que crecen a un ritmo acelerado y requieren recursos para solidificar sus estructuras y potenciar su desarrollo.

Las inversiones de Private Equity se caracterizan por ser de largo plazo, con un promedio de 10 años. En este escenario, las salidas se producen de manera gradual y los ingresos obtenidos por estas ventas se distribuyen entre los integrantes del fondo de inversión. 

Los fondos de Venture Capital apuestan a que las empresas en que están realizando inversiones, generalmente compañías con un alto nivel de innovación y modelo de negocios novedoso, crecerán conforme a sus expectativas y no se deterioran. Si el negocio es capaz de desarrollar su potencial, puede ofrecer un rendimiento superior al promedio para los inversionistas.

“El financiamiento de Venture Capital puede ser una alternativa para startups medianas y pequeñas que no encuentran acceso a créditos en entidades financieras tradicionales y necesitan dinero para poder crecer. Estos fondos le dan capital a las compañías a lo largo de su ciclo de vida: desde la creación hasta la consolidación y expansión”, agrega Jerónimo Peralta, Managing Partner de Maquia Capital. 

Los fondos como inversores y socios

Los fondos de Private Equity buscan empresas bien estructuradas y suelen comprar el 100% de las empresas en que invierten, minimizando así el riesgo de pérdidas absolutas. Por el contrario, los fondos de Venture Capital diversifican sus inversiones en diferentes startups debido a que las probabilidades de éxito o fracaso de este tipo de compañías, que en etapas tempranas es difícil de pronosticar.  

Tanto los fondos de Private Equity como de Venture Capital son una opción interesante para diferentes tipos de compañías tanto en cuestión financiera como de acompañamiento.

“Los fondos no deben de limitarse al papel de inversores, sino que deben jugar el rol de socio, acompañante y mentor de las empresas para potenciar su crecimiento y evitar errores comunes. Es importante generar un círculo virtuoso, es decir, que haya buenos retornos para los inversionistas y que después se creen nuevos fondos para invertir en más compañías”, finaliza Peralta.

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