Salir a la bolsa: 5 errores más comunes de las empresas
No todo han sido malas noticias luego del Covid-19. La pandemia también tuvo efectos positivos en el mundo empresarial, uno de ellos fue que impulsó el crecimiento de muchas compañías disruptivas, sobre todo startups, y les permitió llegar a nuevos mercados y obtener financiamiento.
De acuerdo a registros de Stock Analysis, a lo largo de 2021 hubo 1,035 salidas a bolsa en el mercado bursátil de Estados Unidos. La cifra representó un aumento de 120% en relación con el año anterior de empresas que probaron su suerte con ofertas públicas de ventas (IPO por sus siglas en inglés) para capitalizarse.
“La IPO es un hito para cualquier empresa en desarrollo y crecimiento. Implica una declaración al mundo de que se está lista para sobrellevar el escrutinio público, tanto de prensa como mercados, a partir de la confianza plena en su modelo de negocios y el trabajo previo que ha realizado para llegar ahí. Sin embargo, no se trata de una proeza menor.
Requiere de estrategia y, sobre todo, de manejos financieros, administrativos y de procesos impecables para que la salida a bolsa sea todo un éxito”, explica Guillermo Cruz, Managing Partner de Maquia Capital, grupo financiero especializado en activos alternativos y fondos de inversión que busca la bursatilización de empresas mexicanas y latinoamericanas.
En el camino a buscar una IPO efectiva, diversas empresas en crecimiento suelen cometer errores que terminan por entorpecer el proceso o por obtener resultados opuestos a los deseados.
Maquia Capital presenta 5 de los errores más comunes al llevar a una empresa a la bolsa:
1. Apostar por un producto que no ha consolidado su modelo de negocio
Hace más de diez años, la empresa de caza de descuentos Groupon estaba en boca de todos. El movimiento lógico para un negocio que era de los favoritos de Silicon Valley era apostar por una salida a bolsa. Un año después de su IPO, las acciones de Groupon cayeron en 80% y poco a poco desapareció del mapa.
En buena medida esto se debió a que los ingresos de la empresa no tomaban en cuenta el dinero que se pagaba en concesiones y adquisición de los descuentos y clientes. Básicamente, la empresa salió al mercado bursátil sin haber probado completamente que su modelo era, de hecho, rentable.
2. Descuidar aspectos administrativos previo a la IPO
“Los inversionistas y los mercados bursátiles responden a la solidez administrativa de una empresa. Una IPO involucra, necesariamente, que los registros, procesos y operación del negocio sean de dominio público. Si los números no son impecables, es probable que el rendimiento de la salida a bolsa sea bajo”, apunta Jerónimo Peralta, Managing Partner de Maquia Capital.
3. No reforzar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas
De la mano del punto anterior, cualquier empresa que busque consolidarse en el mercado bursátil, sobre todo el norteamericano, debe establecer mecanismos robustos de transparencia de sus finanzas y decisiones, así como de rendición de cuentas con inversionistas de riesgo que preceden a los de una IPO. Un error común entre empresas que van a salir a bolsa es no reforzar esos procesos previamente.
4. Dejarse llevar por la distracción que conlleva una IPO
La burocracia jurídica de una salida a bolsa es enorme: se deben revisar criterios de competencia del sector y del país en el que vaya a suceder, así como las implicaciones legales para con los inversionistas. Pero no sólo eso, se deben llevar a cabo diversas auditorías y reconocimientos del contexto de la empresa y la industria en el momento que se hará la IPO.
Todo ese trabajo no puede distraer a una compañía de su operación diaria y de la consolidación de sus productos y servicios que llevaron, en un primer momento, a considerar la oportunidad que presenta una salida a bolsa. No obstante, hoy en día existen diversos modelos de capitalización, como las SPACs, que implican una menor cantidad de burocracia y agilizan la salida a bolsa.
5. Pensar que la salida a bolsa es un objetivo final
“Es vital que las compañías no pierdan de vista que la consolidación de una salida a bolsa no es más que el principio de otro tipo de dinámicas y competencias para una empresa”, comenta Cruz.
Cualquier empresa que se encuentre en un proceso de salida a bolsa debe tener en consideración que se trata de una herramienta para catapultar al negocio y no un fin en sí mismo. “Se necesita de una construcción corporativa compleja y dinámica que contemple el crecimiento para que una IPO sea inigualable”, concluye Jerónimo Peralta.
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