Haré de este texto una especie de silogismo, es decir, un pensamiento deductivo que forma parte de la lógica, los recuerdo muy bien en la clase de la prepa… “ningún pez es mamífero, las ballenas son mamíferos, entonces las ballenas no son peces”. Lo mismo sucede con el Venture Capital y la manera en que abordaré este blog: El venture capital detona el desarrollo económico, el venture capital invierte en startups, entonces las startups detonan desarrollo económico.
El venture capital es un modelo de inversión que apuesta por compañías en fase incipiente de desarrollo con una idea innovadora tecnológica y con posibilidad de ser escalable y replicable, lo que le permite trascender fronteras en tiempos mucho más acortados que como sucedía antes. Esta alternativa surgió en México desde hace más de una década para detonar sectores clave a cambio de mejores rentabilidades.
El Venture Capital es por sí mismo el estado más arriesgado, pero más remunerado de las inversiones y ha crecido de la mano del ecosistema emprendedor, del cual los actores estelares son las startups. Actualmente, el ecosistema está más fortalecido que hace 10 años.
De acuerdo con la AMEXCAP, el Venture Capital en América Latina ha crecido desde 2016 a pasos agigantados, alcanzando una inversión de 4,100 millones de USD en 2020, y de 6,400 millones de USD sólo en el primer trimestre de 2021. Además, este dato va acompañado de 299 startups que han recaudado más de un millón de dólares en 2020 y 2021. Cabe destacar que el número de startups creadas debe ser mucho más elevado, hay que recordar que 8 de cada 10 empresas fracasan durante los primero 2 años, de acuerdo con el Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial; lo que denota que el espíritu emprendedor está más hot que nunca, muchas ideas detonan aunque no todas sobreviven.
Cada año se crean miles de startups en el mundo y nunca como hoy, sobre todo después de la pandemia, habíamos tenido un auge tan grande del emprendimiento y soluciones innovadoras acorde a las necesidades actuales. Las startups han sido capaces de transformar industrias, paradigmas, crear autoempleos y estos a su vez empleos, innovación, patentes y generar facturaciones anuales que aportan al crecimiento y desarrollo económico de un país.
Los fondos de venture capital han sido testigos de este nacimiento, desarrollo y crecimiento exponencial de estas compañías. El VC invierte en compañías no sólo porque les regresa 3X o más a su inversión inicial, sino porque con el paso del tiempo también han comprendido que ellos tienen la capacidad de, indirectamente, desarrollar empresas, transformar industrias, detonar innovación, crear empleo, sobre todo empleo cualificado y evitar que crezca la tasa de mortandad de las startups, por lo que tienen una gran responsabilidad.
De acuerdo con algunos estudios, entre 2015 y 2019 las inversiones de capital de riesgo en Latinoamérica crecieron un 673 % con 4,6 billones de dólares. Aunque el 2020 fue un año difícil para casi todos los sectores, también generó un sinnúmero de compañías que vieron oportunidades en medio de las crisis… nuevamente las startups buscan impulsar la economía, mediante importantes hitos: levantan grandes rondas de inversión, tienen un crecimiento acelerado, se vuelven más escalables, adquieren millones de usuarios, y alcanzan valuaciones de mil millones de dólares o más y los fondos de inversión de VC estuvieron ahí, no es casual que el nacimiento de los primeros unicornios hayan sucedido en 2021, independientemente que fuera parte del proceso de maduración del propio ecosistema.
Los fondos de inversión se han convertido en el brazo armado del desarrollo económico más que nunca, por lo menos en México en donde el sector privado bajó la guardia para el impulso de por lo menos, esta industria.
