Crack The Code, la primera startup peruana en recibir financiamiento de Kaszek
La familia Vélez está de manteles largos, de nuevo. María Vélez, hermana del fundador de Nubank (que recientemente anunció su debut en la bolsa), es a su vez fundadora y directora ejecutiva de Crack the Code, una empresa de TechEd de Perú que acaba de recaudar una ronda inicial de 2.7 mdd liderada por Kaszek Ventures, lo que la convierte en la primera startup peruana en recibir financiamiento de esta firma.
María fundó Crack the Code en enero de 2018 de manera autofinanciada a excepción de una ronda semilla de $95 mil dólares. Esta startup ofrece clases de programación en línea para niños y jóvenes de 5 a 18 años.
Esta empresa emplea tanto a profesores profesionales como a estudiantes universitarios que pasan por un proceso de selección y formación, lo que permite a los universitarios ganar entre 300 y 500 dólares al mes en promedio.
Aunque las clases se imparten en español, el código se realiza tradicionalmente en inglés, por lo que, al aprender a programar, los niños también practican el idioma.
La empresa, que cuenta con 31 colaboradores de tiempo completo, utilizará el dinero de esta ronda para invertir en talento tecnológico, para posicionar la marca e invertir en marketing en toda la región.
Vélez tiene la mira puesta en el mercado hispano en Estados Unidos para el futuro. La tecnología educativa y la tecnología de la salud son dos sectores que han luchado durante mucho tiempo por el financiamiento del capital riesgo en la región. En ambos casos su financiación y apoyo se han visto afectados positivamente desde que se produjo la pandemia.
«La Edtech ha sido un área poco capitalizada pero prometedora de la innovación tecnológica en América Latina en los últimos años, representando sólo el 4% de la inversión VC (por número de acuerdos) en 2019», según un informe de LAVCA. (Durante 2020 se invirtieron 83 mdd en EdTech en LATAM, mientras que durante 2021 se invirtieron alrededor de 299 mdd).
Para Vélez, crear un impacto positivo en la sociedad es uno de los motores que la llevaron a fundar Crack the Code, por lo que además de trabajar con usuarios particulares, también a colaborador con empresas que buscan ofrecer sus cursos como un gesto filantrópico.
«Cuando decidí crear mi propia empresa, me fijé en la sanidad y la tecnología educativa, porque quería tener un impacto», dijo.